El ciclista de piernas inmensas
que puede tostar pan con solo el calor que generan sus
músculos ningún ciclista profesional logra igualar las
asombrosas piernas de Robert Forstemann con músculos que
merecen el apodo de Quadzilla por sus setenta y cuatro
centímetros de diámetro este ciclista es capaz de proezas
increíbles ya que en dos mil quince se enfrentó al desafío
del 'The Toaster Challenge'
donde el renombrado ciclista de pista debía
mantener setecientos vatios de potencia para el pan de una
tostadora se dorara adecuadamente si dejaba de
pedalear el reto terminaría con una tostada mal hecha con una
energía brutal y aunque un tanto agotado superó el desafío
dejando un desayuno listo la comparación de las piernas de
Quadzilla con las de otros ciclistas revela una disparidad
notable ya que a pesar de realizar ejercicios similares
sus piernas destacan por una musculatura extraordinaria que
sobresale desafiando las normas convencional. Numerosas
personas buscan emular la elegancia de una gaviota con un
pecho imponente pero piernas delgadas. Sin embargo, Robert
Forstemann rompe ese molde, nacido en mil novecientos ochenta y
seis en Alemania. Se especializa en competiciones de
pista. Pero su imagen se destacó en los Juegos Olímpicos
de Londres dos mil doce. Donde no solo ganó una medalla de
bronce en la prueba de velocidad por equipos. Sino que
también llamó la atención por el espectacular tamaño de sus
muslos. A acumulado cinco medallas en campeonatos
mundiales y ocho en campeonatos europeos consolidando su
posición como un ciclista excepcional. A pesar de su
estatura promedio de ciento setenta y cuatro centímetros
desafía la norma con un peso de noventa y seis kilogramos muy
por encima del promedio. Su musculatura bien definida
especialmente en las piernas evidencia su dedicación al
deporte. Es sorprendente que con este peso no esté
considerado con sobrepeso. Pues la razón radica en la
impresionante
cantidad de músculo, especialmente en la que
presenta en su tren inferior. No obstante, este aspecto
físico único tiene un secreto y es que Fostemann posee una
disfunción genética relacionada con la miostatina. Una proteína
vinculada al crecimiento muscular y en su caso, esta
condición le otorga una facilidad especial para inducir
la hipertrofia muscular, convirtiendo esta
particularidad en una bendición más que en una maldición
siendo una
combinación extraordinaria de genética y dedicación al
deporte. Sus rutinas de entrenamiento son sumamente
exigentes incorporando ejercicios como el deadlift,
press de pierna.
Pelota suiza y squad. Además, a medida que se acerca a la
temporada de competiciones, ajusta su enfoque. Las
repeticiones disminuyen y las cargas alcanzan su punto
máximo. Impresionantemente logra levantar doscientos
ochenta kilogramos en series, De una a tres repeticiones,
completando de cuatro a seis series, siendo un testimonio de
su dedicación y preparación para alcanzar el máximo
rendimiento en la competición, y es que solo observándolo, se
puede notar que es una verdadera bestia, cuando se
trata de hacer sentadillas, y realmente, da todo de sí, para
sobresalir en el deporte que tanto ama. Apasionado del
fitness, la halterofilia, y la escalada, Robert exhibe un cuerpo
musculado que va más allá de su especialidad en ciclismo.
Aunque sus músculos son la característica más llamativa,
no se quedan atrás, sus cuádriceps gigantes y sus
impresionantes gemelos, a pesar de posibles cuestionamientos
sobre proporciones, su fuerza es innegable, demostrando su
potencia, al realizar sentadillas, con más de
doscientos kilos, completando hasta diecinueve repeticiones,
con una profundidad considerable. Por eso, su apodo
de Quadzilla, un claro guiño al legendario dinosaurio
ficticio Godzilla. Está plenamente justificado
gracias a sus imponentes piernas. Además, en una
entrevista expresó que considera un honor tener su
propio sobrenombre, ya que cuando escuchan Quadzilla, todos
reconocen que se refieren a Robert Forstemann, una firma
única que lo distingue.